Cuando los ejecutivos de Ashmore Energy y de Promigas se reunieron con las autoridades del sector energético del Perú para anunciarles su intención de comprar la distribuidora de gas natural Cálidda, indicaron que una vez concretada la operación tenían la intención de trasladar a Lima la experiencia colombiana en la masificación del uso de dicho recurso. La propuesta motivó una discreta sonrisa en el rostro de los funcionarios peruanos. Y es que la estrategia de masificación del uso del gas natural en Colombia fue tan exitosa que al proceso se le ha denominado La Revolución Social. La principal arma ha sido la inversión privada, pero el Estado ha jugado un papel importante en el desarrollo del plan. Colombia es el país que ha logrado el mayor número de nuevas conexiones por año en Latinoamérica. Incluso supera a España y a varios países europeos. Cada año se conectan a las redes unos 300.000 nuevos usuarios del gas natural, que ya suman aproximadamente 4,3 millones. En el Perú, las conexiones no llegan ni a 6.000. ¿Cuáles fueron las condiciones para que este país tuviera un desarrollo explosivo en el uso de este combustible? Leopoldo Montañez, director ejecutivo de Naturgas, la asociación que agrupa a las empresas distribuidoras de Colombia, indica que esta "revolución" nació a partir de una actitud decidida del Estado, que se inició en 1986, cuando se decidió construir extensos gasoductos que transportan el gas natural desde sus reservas hacia las principales ciudades, convirtiendo para ello incluso algunos oleoductos. (Edición sábado).