La necesidad de avanzar en la reforma estatal es vox pópuli. Esto no lo dice solo el sentido común, sino la última encuesta nacional de El Comercio, elaborada por la empresa Apoyo S.A. y publicada ayer en nuestro diario. Sucede que el sondeo revela que cuatro de cinco peruanos consultados están de acuerdo con esta medida y, es más, señalan por dónde debería empezar.Para el público es prioritario ordenar sectores largamente desatendidos, como los de educación y salud, y también aquellos donde no se ampara como debiera los derechos ciudadanos, como el judicial, la seguridad ciudadana y la administración pública en general.En algunos casos, como se ve, se trata de ámbitos donde históricamente los recursos públicos han sido escasos y que --y eso es lo más grave-- tampoco cumplen con sus objetivos. Existe ineficacia, poca productividad e ineficiencia, pese a que sus usuarios forman parte de ese sector mayoritario de peruanos que --según el Banco Mundial-- se halla en pobreza y pobreza extrema.La demanda por una reforma se refleja en el descontento que existe en los ciudadanos por los pésimos servicios que reciben del Estado. La lista es larga, pero basta mencionar que el mayor descrédito recae en los engorrosos trámites burocráticos y pagos onerosos, así como en la falta de políticas que premien la profesionalización de la carrera pública o que cumplan con orientar a los usuarios sobre sus derechos y obligaciones.Los resultados de la encuesta nos reiteran que la reforma estatal tiene que ser profunda y deberá cumplirse de manera gradual. Asimismo ratifica que, en ciertos casos, no exige grandes leyes ni enormes desembolsos de dinero, sino de un proceso que simplifique, que facilite y que ponga el Estado al servicio del ciudadano.