Fue una promesa de campaña de la que, en verdad, muy pocos se acordaban. Como candidato, Alan García dijo que, si era elegido, se limitaría a ser el jefe del Estado y que su premier sería el jefe real del Gobierno. A lo mejor, quería disipar el pánico que provocaba imaginarlo conduciendo otra vez las riendas del país, presto a cualquier arrebato. Sea como fuere, el proyecto de Ley Orgánica del Poder Ejecutivo que presentó hace unos días al Congreso es el primer paso en la pretensión de darle a su premier mayores facultades y, por consiguiente, mayor poder. Este punto específico del proyecto había pasado desapercibido hasta ahora, pero fue el propio presidente del Consejo de Ministros, Jorge del Castillo, quien lo hizo notar, en una conversación con Perú.21. Cuando este diario le preguntó cuál era la principal novedad que introducía el documento, contestó, sin dudarlo, que era el nuevo papel que se le daba al primer ministro. O sea, a él mismo, por lo menos actualmente. "Ahí (en el proyecto) se ha planteado que el presidente de la República tenga funciones de representatividad del Estado y que el presidente del Consejo de Ministros tenga más funciones de acción de gobierno. Es un cambio importante y sustancial", afirmó.