Un evento navideño que debía traerles felicidad a un grupo de niños se transformó, en cuestión de segundos, en un infierno cuando dos sujetos abrieron fuego contra los asistentes. Su objetivo era la regidora municipal Elena Rojas, que el último jueves se encontraba repartiendo juguetes en el centro poblado de Sausal de Chicama, en La Libertad, y quien murió producto del ataque, mientras que siete personas quedaron heridas, seis de ellas menores de edad. La tragedia ha conmocionado a una región que ha tenido un 2025 sangriento (hasta noviembre acumulaba más de 200 homicidios, según el Ministerio del Interior) y en el que ha sufrido atentados con explosivos que reavivaron los peores recuerdos de la violencia terrorista. Por más duro que suene, La Libertad se ha convertido en un páramo en el que los delincuentes disparan a vista de todos, y en el que ya nadie puede sentirse a salvo: ni autoridades ni jueces ni periodistas. (Edición sábado).