El Congreso aprobó el presupuesto del sector público para el 2026 por S/257.562 millones, manteniendo el monto global propuesto por el Ejecutivo pero incorporando más de 70 disposiciones adicionales. Aunque el número fue menor que el del año pasado, siguió representando casi el triple del promedio observado hace una década, lo que evidenció una creciente incidencia del Legislativo en compromisos fiscales permanentes.Para Luis Miguel Castilla, director ejecutivo de Videnza Instituto y exministro de Economía, este incremento inusual de disposiciones refleja un cambio estructural en la construcción de la ley de presupuesto. Señaló que gran parte de estas medidas crea beneficios permanentes que elevan el gasto corriente y serán difíciles de revertir, acotando el espacio fiscal del próximo gobierno. Miguel Alzamora, economista senior del IPE, indicó que el crecimiento total del presupuesto fue moderado, pero el gasto corriente volvió a avanzar por encima de la inversión. "Las remuneraciones, una vez establecidas, reducen la flexibilidad futura del presupuesto y dejan menos margen para realizar ajustes", afirmó.(Edición domingo).