El ininterrumpido crecimiento de la economía peruana durante 62 meses genera fundadas esperanzas para pensar en un histórico salto al desarrollo. El hecho de que cerremos el año 2006 con un incremento del PBI que se espera esté encima del 7,7% entusiasma hasta al más escéptico. Sin embargo, este auspicioso ciclo expansivo contrasta con las cifras de empleo. En el más optimista cálculo, este solo creció 5% el año pasado.Esta desproporción es decepcionante. ¿Cuál sería una de las principales razones? Pues propuestas desestabilizadoras como las de los congresistas Luis Negreiros (Apra) y Aldo Estrada (UPP), que pretenden hacer más rígidas las normas laborales. Es momento de que el Congreso voltee esa página y acabe con la mala atmósfera causada por iniciativas tan desfasadas, obsoletas y demagógicas que espantan la inversión y con ello frenan el crecimiento del empleo.¿A quiénes pretenden beneficiar estos señores? Aparte de a ellos mismos y sus ansias electoreras, pues a muy pocos trabajadores formales. Flaco favor les hacen a quienes buscan trabajo.La creación de más empleo depende de cimentar un clima de consenso, confianza y condiciones justas para trabajadores y empresarios. La mejor vía para la inclusión social es que el desempleado ingrese a un estado de normalización y desarrollo con un empleo digno. Eso parece no interesarles a los congresistas Negreiros y Estrada. (Edición sábado).