Por Enrique Castillo, periodista.No ha sido ninguna sorpresa que la Comisión de Energía y Minas del Congreso haya aprobado la extensión del Reinfo, así como la reincorporación de los 50 mil excluidos disfrazada de evaluación por parte del sector. Lo realmente sorprendente hubiera sido que no se aprobara, o sería si el Pleno la rechaza (al cierre de esta edición aún no estaba en agenda su debate).La presencia e influencia política que tienen la minería informal que no quiere formalizarse y la ilegal es indiscutible y muy fuerte, y la actitud tolerante y hasta amable que tienen con ellos los gobernantes del Ejecutivo y del Legislativo, de todas las tendencias, es más que evidente, y pruebas hay muchas.Un botón de muestra es que, en pleno estado de emergencia, en reiteradas veces, y con todas las garantías suspendidas, estos mineros Reinfo son los únicos privilegiados que pueden movilizarse por las calles; bloquear las 24 horas una avenida principal y estratégica políticamente como la avenida Abancay y por varios días; llegar hasta las puertas del Congreso; ser atendidos por los congresistas que los cuidan, salen a verlos y a arengarlos para que continúen en su lucha; y todo esto sin ser molestados por la policía, las fuerzas militares, ni la Fiscalía.Obviamente todo esto no es gratuito, ni por la sola buena voluntad del Gobierno o de los congresistas.