Betssy Chávez pidió asilo político al Gobierno de México para mantener su libertad intacta y, si bien recibió la protección que buscaba, ha conseguido todo lo contrario. La expremier de 36 años, que afronta un juicio como coautora del golpe de Estado del 7 de diciembre de 2022, vive desde hace 13 días en una vivienda diplomática de 752 m2, ubicada en el exclusivo distrito de San Isidro, donde goza de tratos preferenciales, pero de la que no puede salir. Es su cárcel dorada.(Edición domingo).