En el corazón de la selva central, el Área de Conservación Privada (ACP) Panguana, de 2,400 hectáreas y creada en la década de 1960 por los biólogos alemanes Hans-Wilhelm y Maria Koepcke, es hoy uno de los refugios de biodiversidad más antiguos del Perú. Dirigida actualmente por su hija, la bióloga Juliane Koepcke -conocida mundialmente por haber sobrevivido al accidente aéreo en 1971-, la estación enfrenta una amenaza creciente: la expansión de la minería ilegal que devasta el río Yuyapichis y su entorno natural. Para conocer la magnitud del daño y las gestiones para frenar esta expansión, conversamos con Andreas Baumgart, economista y asesor del ACP Panguana, quien estuvo recientemente en la zona. ¿Cómo ha encontrado el río Yuyapichis?Se han visto en parte del río Yuyapichis devastaciones, las orillas excavadas. Ya estando en la estación biológica de Panguana, prácticamente al frente han excavado toda la orilla, han tumbado todos los árboles. Si te das la vuelta hacia la comunidad asháninka Pampa Verde, prácticamente ya no existe el río. Además, la estación tiene un dron y todos los días hemos observado todo el trecho de donde estaban cavando. Ahí se observa que son más o menos 36 kilómetros del río destruidos. He visto personalmente como unas veinte excavadoras grandes trabajando.¿Desde cuándo están operando estos mineros ilegales cerca de la estación?Han empezado a operar hace unos cuatro meses. Llegan del norte, donde está toda la comunidad nativa Nuevos Unidos Tahuantinsuyo, y se unieron con la población de la comunidad asháninka Pampa Verde, que está a un kilómetro de la estación. Y empezaron a excavar prácticamente todo el área de la misma comunidad, acercándose cada vez más a la estación de Panguana.