Por Luis García Miró Elguera.Alejandro Narváez presidió dos veces Petroperú: en 2003 y entre 2024 y octubre de 2025. Tras su retiro, semanas atrás, envió cartas a los ministros de Economía y Finanzas, Energía y Minas y al primer ministro, rechazando su destitución "porque fue sin consulta". La separación la decidió la Junta General de Accionistas de Petroperú. Ambos escenarios muestran las tensiones entre quienes defienden la empresa en marcha y quienes abogan por su venta o su quiebra. Durante el gobierno de Alejandro Toledo, Alejandro Narváez asumió la presidencia de Petroperú. Narváez, un tecnócrata hecho a mano, prometió impulsar el control de gestión e imponer la auditoría obligatoria. Pero el modelo económico del momento limitaba la inversión pública en empresas estatales; y, desde sus inicios, Petroperú ya enfrentaba presiones políticas para su desactivación o venta parcial/total.Pero Narváez tuvo una segunda gestión que empezó el año pasado, en medio de una gran crisis financiera y tensiones políticas."Una situación dramática", según sus palabras, pues la empresa solamente acumulaba pérdidas. Continuó hasta hace pocos días con aquel mismo discurso y las mismas medidas, prometiendo revertir los indicadores negativos y clausurar el año con pérdidas menores a lo previsto. Pero la verdad es que todo siguió igual. O peor. Porque la deuda continúa creciendo. (Edición sábado).