Por Iván Arenas.Fue Willi Munzënberg, el genio de la propaganda de la Komintern y experto en la creación de "relatos" -siempre al servicio de Stalin- quien en sus "clubes de inocentes" (grupos de literatos occidentales seducidos por el marxismo) aconsejaba que habría de repetir siempre la monserga de que en Occidente la "burguesía tenía el poder de todo".Así, toda la izquierda en pleno con sus tantas variantes, repite la misma perorata recomendada por el genio de la Komintern y asegura que en el Perú hay "familias", "clanes", "cofradías" que tienen el "poder de todo". Sin embargo, (¡oh, curiosidad!) ya hay varios candidatos presidenciales que se han "bajado de carro" -como se dice- y han decidido no asistir a la CADE, la reunión anual de empresarios señalado -también por la izquierda- como el cónclave de la "derechona", los "fascistas" y los "dueños del Perú".Que candidatos presidenciales rechacen sendas invitaciones a la CADE revela que las economías formales y legales tienen —y tendrán— poco peso en las decisiones presentes y futuras de la política en general, y revela otra cosa también: que ahora -lo conveniente- es convencer y seducir al votante de los gremios informales/ilegales. Y de alguna u otra manera, en este país, el riesgo en las próximas elecciones presidenciales, no está en que gane la derecha o la izquierda, sino que sean las economías ilegales/informales las que triunfen y lleguen al poder por el vehículo que sea. Ya sucedió de manera clara con Castillo cuando los "chotanos" y cuando la ilegalidad minera tuvo acceso a Palacio.