Por César Gutiérrez Peña.Los medios de comunicación, con ligereza supina, celebran los supuestos cambios en Petroperú con el relevo de Alejandro Narváez en la presidencia y de Óscar Vera en la gerencia general. La realidad es que aquí no ha habido variación de rumbo alguno. Los reemplazantes en ambos casos vienen del mismo grupo de personas que acompañaron complacientemente a los salientes; no entiendo la euforia que ha gastado buena cantidad de papel impreso. Lo peor de esto es que la Junta General de Accionistas, con el liderazgo de los titulares del Ministerio de Economía y Finanzas, y Energía y Minas, propagandizan que ahora se producirán cambios en la gobernanza. ¿Esperan directores y gerentes conversos a un credo diferente al que profesaban? Se plantean interrogantes sobre las supuestas acciones a tomar, como la contratación de lo que la huachafería ha llamado Chief Transformation Officer (CTO), que por definición está dirigido a cambios organizacionales. ¿Con qué personal? ¿Hay en el mercado ejecutivos que apuesten por ingresar a una empresa estatal donde la permanencia es efímera?