Dos días atrás, el presidente del Consejo de Ministros, Ernesto Álvarez Miranda, anunció que el Ejecutivo decretará un estado de emergencia en Lima Metropolitana para luchar contra la delincuencia. Y, a renglón seguido, explicó que esta medida vendrá acompañada por otras que serán "sometidas a debate técnico". "El estado de emergencia no puede ser más de lo mismo", explicó. El anuncio es sin duda positivo. Sin embargo, la experiencia reciente nos lleva a ser cautos, pues la tentación de las autoridades de utilizar de manera populista este tipo de medidas para ganarse algunos puntos de aprobación o aparentar que están haciendo algo es alta. Sin ir muy lejos, la expresidenta Dina Boluarte tenía en las declaraciones de emergencia su ficha favorita -por no decir la única- para proyectar la sensación de que su gobierno se tomaba la amenaza del crimen organizado en serio.(Edición sábado).