Un día agitado fue el de ayer para el presidente de la República, José Jerí, luego de las marchas suscitadas en el Centro de Lima, la muerte confirmada a manos de la Policía Nacional y un intento por sacarlo del cargo por parte de las fuerzas minoritarias del Congreso. Precisamente, hasta el Parlamento tuvo que acudir para dar cuenta de estos hechos. En su retorno a Palacio, a pie, aseguró a la prensa que no renunciará. "Mi responsabilidad es mantener la estabilidad del país", sostuvo. En sus primeras impresiones por lo sucedido en la protesta, Jerí se solidarizó con la familia de la víctima y, luego, explicó: "Se inició una expresión ciudadana legítima en la que, lamentablemente, en el transcurrir de las horas, algunos sectores tenían una agenda de generar caos".El mandatario agregó que, "en un Estado de Derecho, se protegen las garantías de todos", tanto de los manifestantes como de las fuerzas del orden. "Hubo un grupo pequeño que buscaba generar el caos. Producto de ello, tenemos ese sensible fallecimiento que se da fuera del área donde se desarrollaba principalmente la movilización ciudadana", sostuvo