Por Jaime Dupuy, director ejecutivo de ComexPerú."Los años en el Congreso me han enseñado a ser paciente y prudente", dijo José Jerí, presidente de la República, en una de sus primeras reuniones en el cargo. Prudente sí, pero, en vez de paciente, lo que debiera caracterizar a este Gobierno de transición es el pragmatismo.Con apenas seis meses por delante, lo que corresponde ahora no son la improvisación ni las disputas ideológicas, sino la responsabilidad.La historia ya ha sido severa con gestiones que, en sus últimos meses, decidieron mirar al costado. El Gobierno de transición tiene el deber -y la oportunidad- de cerrar este periodo con algo de dignidad y eficiencia.La experiencia nos dice que los gobiernos de transición pueden ser más audaces. Pero seamos realistas y pragmáticos, esta gestión debe centrarse en dejar una hoja de ruta útil, ordenada y coherente, con dos prioridades por delante: seguridad interna y estabilidad económica. Si el Perú no logra sostener un entorno mínimamente predecible en estos frentes, cualquier expectativa de recuperación en el 2026 se volverá más cuesta arriba.En materia de seguridad, la situación es crítica. La violencia generalizada no admite paños tibios. Este Gobierno debe activar una estrategia nacional que combata princino palmente el crimen organizado y la minería ilegal, así como evitar que se desborde la inseguridad ciudadana. Sin orden no hay crecimiento. Esperamos anuncios claros y medidas puntuales en los próximos días que den tranquilidad a la ciudadanía.