Rafael López Aliaga (RLA) ya no es más el alcalde de Lima porque buscará ser presidente del país por segunda vez. Pase lo que pase en la contienda electoral, su huella en la Municipalidad Metropolitana de Lima (MML), al menos en las cuentas fiscales de la comuna, tardará bastantes años en borrarse.Su gestión estuvo marcada por el aumento del nivel de endeudamiento considerable de la municipalidad que, vía 3 operaciones, asumió compromisos que superan los S/ 3,755 millones. De acuerdo con el Consejo Fiscal (CF) este endeudamiento deja en una situación bastante delicada a las siguientes administraciones de la MML, que verían frenada su capacidad para promover nuevas inversiones.Si bien López Aliaga impulsó esta jugada financiera con un objetivo incuestionable -financiar obras consideradas clave para solucionar la inseguridad y congestión vehicular- analistas consultados por Gestión consideran que los próximos alcaldes de Lima podría verse obligados a reducir la calidad de los servicios de la comuna, entre otros recortes.
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