Saludamos la decisión del Tribunal Constitucional de Chile, que ha debido intervenir, de manera oportuna y correcta, para declarar la inconstitucionalidad de un proyecto del Congreso del país sureño que afectaba unilateralmente la demarcación limítrofe con el Perú.Sin embargo, dicho esto, tenemos que expresar nuestra extrañeza y preocupación por la actitud de algunos políticos sureños que promovieron una iniciativa parlamentaria de esta naturaleza. Es más, por lo que se ha informado, a través de la decisión del propio tribunal y por los medios de comunicación chilenos, el meollo del problema se vincula con una decisión del nuevo gobierno de Michelle Bachelet, que modificó el proyecto original del régimen del presidente Ricardo Lagos para crear la región de Arica y Parinacota.Al respecto, es adecuado que el Gobierno Peruano haya presentado un reclamo a su par chileno y que, en el interín, el Tribunal Constitucional haya dirimido el fondo del asunto y declarara que el proyecto es anticonstitucional. Ello, entre otras cosas, porque "Todo proyecto puede ser objeto de adiciones o correcciones en los trámites que corresponda, tanto en la Cámara de Diputados como en el Senado; pero en ningún caso se admitirán las que no tengan relación directa con las ideas matrices o fundamentales del proyecto".En cuanto a nuestra cancillería, hay que reconocer su actuación positiva y saludable para evitar que este impasse pueda escalar a otros niveles, con lo cual se podría haber afectado la buena relación vecinal que tanto nos ha costado reconstituir.Esta postura, de discreción pero también de firmeza, debe mantenerse: El Perú no puede entrometerse en cuestiones soberanas de Chile, relativas a la organización y división de su Estado. Pero, si estas decisiones afectan nuestro territorio, pues tenemos que reafirmar nuestra soberanía y el respeto a las fronteras y a los tratados vinculantes.Las cancillerías están para eso y también para solucionar problemas, antiguos o nuevos, y fomentar lazos de entendimiento e integración.Efectivamente, en los últimos años se han dado pasos trascendentales en la normalización y mejora de las relaciones bilaterales con Chile, que además se ha convertido en un socio comercial importante. Las inversiones chilenas en el Perú son altamente significativas y un gran número de peruanos ha migrado a ese país en busca de mejores oportunidades, por lo que el llamado es a seguir trabajando por la integración en amplio sentido.Claro que hay otros asuntos pendientes, como la delimitación de los límites marítimos, pero ese es otro tema que, como acordaron los presidentes Lagos y Toledo, debe tratarse por "cuerda separada", tratando de que no se vea contaminado por lances politiqueros y con un manejo fino de nuestras cancillerías. (Edición sábado).