Por César Campos, periodista.Vengo participando 20 años en PERUMIN y más de una década en EXPOMINA, las dos convenciones y ferias mineras de mayor relieve en nuestro país. Mi fe sobre la importancia trascendental de esta industria en la generación de valor, empleo, crecimiento económico, bienestar, inclusión y sostenibilidad se incrementa a medida que descubro los nuevos paradigmas de las empresas que dejan atrás siglos de explotación, contaminación, depredación territorial, maltrato laboral y humano.Porque hoy ningún emprendimiento minero en el mundo tiene éxito si evita adoptar el factor social como eje principalísimo de su actividad. Los estándares ambientales, laborales y de relacionamiento comunal han cobrado una altura necesaria y los mercados formales los exigen para los encadenamientos productivos.El problema radica en el lado oscuro de la minería: la informalidad y las prácticas ilegales a las que ya muchos llaman "prácticas criminales" por ser más preciso.(Edición domingo).