El gobierno de Dina Boluarte está comprometiendo los recursos públicos con Petroperú, tanto por necedad como por la incapacidad de tomar decisiones firmes. Lo ha vuelto a hacer el último domingo, al aprobar la emisión de bonos por US$287.3 millones, monto que será cancelado en 2034.Desde el Ejecutivo se ha engañado a la población al afirmar que no habrá salvataje para la empresa porque, supuestamente, opera a plena capacidad y es autosostenible. El mismo discurso han repetido el presidente de Petroperú, Alejandro Narváez, y el gerente general, Óscar Vera. Sin embargo, los hechos hablan por sí solos: la empresa está quebrada y se mantiene a flote solo gracias al dinero público.Ayer, el ministro de Energía y Minas, Jorge Montero, sostuvo que reperfilar la deuda de mediano y corto plazo de Petroperú es algo "nada excepcional" y comparable a lo que hace cualquier empresa privada. Lo cierto es que, en este caso, se trata de un salvataje financiero. Conviene ser claros: un rescate ocurre cuando una compañía enfrenta insolvencia (es decir, cuando ya no puede hacer frente a sus gastos a su vencimiento), y corre el riesgo de colapsar.