Este martes comenzó el juicio contra Susana Villarán, la exalcaldesa de Lima, que por años enarboló la bandera de la anticorrupción y se jactaba de tener "las manos limpias". La ironía es dolorosa: quien se presentaba como defensora de la transparencia terminó en el banquillo por recibir millones de dólares de las constructoras brasileñas Odebrecht y OAS para su campaña del No a la Revocatoria. ilícita, lavado de activos, colusión, falsa declaración y falsedad genérica. El pedido es contundente: 29 años de prisión por liderar una presunta red criminal que lavó más de US$11 millones provenientes de estas empresas corruptas.