En las ciudades costeras alrededor del Océano Índico, el mar devolvió ayer a decenas de miles de cadáveres, con lo que se eleva a aproximadamente 68.000 la cifra de muertos por el maremoto del domingo.La destrucción que causó la gigantesca ola, o tsunami, dificulta los esfuerzos de los gobiernos y las agencias de ayuda humanitaria, que además de rescatar sobrevivientes deben asistir a millones de personas desplazadas que enfrentan posibles enfermedades entre tantos cadáveres en descomposición.La Organización Mundial de la Salud (OMS) señaló, desde Ginebra, que lo peor puede estar aún por venir debido a que las enfermedades y epidemias por la descomposición de los cuerpos y la falta de agua potable podrían matar a miles más.