El gobierno proyecta que el sector hidrocarburos será uno de los motores de la economía en el 2026. Según el Marco Macroeconómico Multianual (MMM), crecerá 3% gracias a más producción de crudo y a nuevos proyectos de gas. Pero advierte que el repunte solo será sostenible si se atrae inversión en exploración y se reponen reservas.En esa línea, la reciente entrada de Chevron ha sido recibida como una señal de confianza. La petrolera se incorporó a los contratos de los bloques ‘offshore’ frente a La Libertad, la apuesta exploratoria marina más importante de los últimos años. La presencia de un actor global marca ahora un hito para el sector y podría abrir la puerta a otros inversionistas.El presente, sin embargo, es menos alentador. En el 2024 apenas se produjeron 40.000 barriles diarios de petróleo, muy por debajo de los más de 100.000 de los noventa. A ello se suma la fuerte caída en el nivel de inversión: mientras que hace 10 años se invertían US$502 millones en exploración de hidrocarburos, el año pasado dicha inversión alcanzó apenas los US$39 millones.Hoy más del 70% del crudo que se refina se importa. Además, en cuanto a gas natural, el índice de reposición ha sido negativo: se consume más del que se descubre, y las reservas han caído a 7,9 TCF.