A 33 AÑOS DE LA CAPTURA DE ABIAMEL: EL PELIGRO CONTINÚA
12 de septiembre de 2025

Era el 12 de septiembre de 1992. En Surquillo, una casa ocultaba al hombre más buscado del país. Allí, el cabecilla de Sendero Luminoso cayó en manos del Grupo Especial de Inteligencia (GEIN). Desde entonces han pasado 33 años. Abimael Guzmán, el autoproclamado ‘Presidente Gonzalo’, soñó con incendiar y tomar con violencia el poder en el Perú. Pero terminó esposado, con un traje a rayas. En la exitosa captura, llamada Operación Victoria, no hubo disparos. Guzmán cayó sorprendido por la paciencia y el plan de inteligencia del GEIN. Fue, sin dudas, el golpe más certero del Estado contra el sanguinario grupo terrorista. Sin embargo, su caída no eliminó por completo la violencia. La columna de Sendero Luminoso quedó quebrada: desarticulada, obligada a mutar y sin su figura tutelar, sin su cerebro. A su paso, el terrorismo había dejado más de 69 mil muertos, saldo de la macabra guerra que Sendero inició contra el país. Tres décadas después, la operación sigue siendo una lección. De inteligencia policial, de método, de confianza en las instituciones. En tiempos de incertidumbre y ruido político, conviene recordar que el Estado puede triunfar cuando se organiza y se sabe capaz de hacerlo.