EL ESTADO SOY YO
12 de septiembre de 2025

Por Jorge Zapata Ríos, presidente de la Confiep.Estamos obligados a cumplir nuestro rol si no queremos seguir eligiendo incompetentes y pícaros reyezuelos que asumen que el Estado es suyo".Cuenta la historia que un rey llegó a acumular tanto poder que se permitió acuñar la frase: "El Estado soy yo". Siglos después, la democracia tomó forma como sistema de gobierno, ante la injusta e inconveniente concentración de atribuciones que regía en el Antiguo Régimen. Los objetivos de este sistema, adoptado por repúblicas como la nuestra, son, entre otros, controlar las acciones de los gobernantes y obligarlos a rendir cuentas ante la ciudadanía que los elige. El encargo que se otorga está limitado por la Constitución, las leyes, la temporalidad y, sobre todo, la consideración hacia los ciudadanos a quienes gobiernan.Sin embargo, hoy, en pleno siglo XXI, encontramos personas que no entienden esos conceptos. Lo irónico es que, entre ellas, se encuentren -precisamente- ciudadanos a los que se les ha encargado ejercer el poder. Entonces, con frecuencia, nos hallamos en medio de decisiones, variadas en su origen, pero alineadas en sus formas arbitrarias. Van: desde obras que -a su exclusivo e "infalible" entender- la población necesita, para iniciarlas sin contar con expedientes técnicos completos y de calidad; pasando por la colocación de amigos en cargos para los que no están preparados, o, la creación de puestos especiales para ellos; hasta disposiciones de cerrar avenidas para hacer las fiestas "necesarias" para el lucimiento ante los votantes, o, simplemente, a mérito de su necesidad de pasar por ahí.

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