Nueve meses después de haber sido brutalmente asesinada a bordo de un taxi, la sombra de Andrea Vidal vuelve a aparecer en escena. Es un crimen sin culpables. Una víctima de la violencia en las calles. El resultado trágico de un poder opaco. O las tres cosas juntas.La espigada y guapa trabajadora del Congreso de la República fue blanco de la furia de dos sicarios que descargaron sus armas 62 veces sobre el carro en el que viajaba. 12 disparos se alojaron en el cuerpo de Andrea: Tres de ellos en la cabeza, otros cinco en la zona del tórax y cuatro más en las piernas.(Edición domingo).