En el Perú de Dina Boluarte no importa si hay necesidad de cambio en la dirección de las políticas de los ministerios. Vale más mantener un círculo cerrado que -blindado por el antejuicio político- amasa jugosos sueldos mes tras mes. No es el Gabinete Ministerial; es la cofradía de la presidenta, que ha convertido al Estado en un club privado con estable membresía, al menos hasta julio de 2026.Julio Demartini es un claro ejemplo de ello. Su máximo cargo en la administración pública, ministro de Desarrollo e Inclusión Social (Midis), lo obtuvo al mismo tiempo en que la mandataria asumió la presidencia tras el intento de autogolpe de Pedro Castillo. El 10 de diciembre de 2022, accedió a este puesto en el que se mantuvo hasta el 1 de febrero de este año.(Edición domingo).