Dos amenazas en proceso se ciernen sobre la economía peruana y sus empresas que, si bien tienen fundamentos a su favor, podrían resentirse conforme esos riesgos se materialicen. La clasificadora Moody"s aborda, de un lado, el entorno político: "El clima de inversiones se mantendrá incierto hasta que Perú elija a su próximo presidente para un mandato de cinco años, a partir de mediados del 2026. Los inversores mantendrán la cautela, ya que persisten las preocupaciones por el volátil panorama político y las protestas generalizadas a principios del 2023"."El período previo a las elecciones presidenciales quinquenales en abril del 2026 parece tranquilo, pero tras años de agitación política, los inversores mantienen la cautela por ahora", señala.