Si bien Perú se caracteriza por ser un país minero, algunas regiones tienen a este sector como uno particularmente clave dentro de su economía. La región que captó la mayor participación de inversión minera, en el 2024, fue Áncash, con un 15.3%; seguido muy de cerca por Moquegua, con un 14.2%. Los cuatro primeros lugares los completaron Arequipa (10.9%) y Apurímac (8.6%).El reporte del Minem también da cuenta de que Áncash fue la región que recibió la mayor transferencia de recursos generados por la minería. En el 2024, las transferencia por canon minero, regalías mineras (legales y contractuales), y derecho de vigencia y penalidad, superaron los S/ 8,070 millones, la segunda cifra anual más alta registrada. En detalle, Áncash recibió más de S/ 1,583 millones (19.6% del total), le siguió Arequipa con más de S/ 1,208 millones (15%) y Moquegua con más de S/ 1,034 millones (12.8%).Con este favorable panorama, el nivel de competitividad de estas regiones debería, cuando menos, destacar entre las otras regiones. Sin embargo, la realidad es otra y los resultados son dispares.