La noticia de una fuga de gas en la zona del Bajo Urubamba y la posible contaminación de una gran extensión del poblado de Sachavacay, Echarate, provocó conmoción en el Cusco. Además originó una serie de interrogantes sobre la seguridad del ducto del gas del Camisea que está bajo la responsabilidad de la empresa Transportadora de Gas del Perú (TGP).Muchas preguntas y ninguna respuesta. Y aquí algunas de ellas: ¿Cómo pudo colapsar una instalación que tiene pocos meses de inaugurada? ¿Cuál es el daño real en la zona? ¿Por qué la empresa responsable no hizo público este hecho a tiempo? ¿Qué se quiso ocultar con este extraño silencio? Desgraciadamente, los únicos en capacidad para responder: la empresa TGP y el Ministerio de Energía y Minas, optaron por un extraño silencio.