En medio del barro, los escombros y la desolación dejados por los sucesivos deslizamientos y el desborde del río Huacará, en la provincia de Chanchamayo (Junín), los pobladores del asentamiento humano Juan Pablo II lograron rescatar con vida a una bebé de apenas 21 días de nacida, la cual estaba atrapada con su familia en una de las viviendas que fue aplastada por los implacables huaicos que cayeron en la selva central la madrugada del lunes. Tras esa buena noticia, la esperanza de hallar más personas vivas surgió entre los moradores castigados por la furia de la naturaleza. Sin embargo, las autoridades regionales confirmaron que la cifra oficial de fallecidos ascendió a 17, entre niños, ancianos y trabajadores de la mina San Vicente que retornaban en una camioneta al distrito de San Ramón. El director ejecutivo de Movilización y Defensa Civil del Ministerio de Salud, Luis Lorochero, señaló que existen por lo menos 80 personas desaparecidas.