Sobre la minería ilegal, todo o casi todo lo que se difunde son malas noticias. Noticias, desde luego, en contra del Perú, de una actividad ilícita que atenta no solo contra el desarrollo de nuestra economía, sino que además, allí donde opera, deteriora la calidad de vida de los pobladores, conduciéndola a extremos de abuso y violencia. A contrapelo de las empresas formales que -a través de sus impuestos y el cumplimiento de los estándares ambientales que manda la ley- aportan al desarrollo del país, esta minería sin control alguno genera, en su expansión, una serie de negocios delictivos que van desde la trata de personas hasta el tráfico de drogas, pasando por la corrupción de autoridades y, en general, la destrucción de los ecosistemas donde se asientan. Sin embargo, este último fin de semana, el Comando Unificado de Pataz (Cupaz) -integrado por las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional- llevó a cabo la operación "Lima II" en el sector Pampa de Yeso, distrito y provincia de Pataz, que terminó con la detención de no pocos sospechosos y la incautación de aparatos para la extracción indiscriminada de mineral, en busca de los consabidos filones de oro. El personal militar y policial asignado a la zona intervino un campamento en plena actividad extractiva sin tener autorización. Se decomisaron 140 sacos de mineral aurífero de aproximadamente 40 kilos cada uno.