El Congreso inició ayer la renovación de las presidencias de sus comisiones para el período 20252026, y las primeras designaciones ratifican una mala práctica: colocar al frente de esos grupos a legisladores bajo investigación fiscal o con antecedentes que empañan su trayectoria política. Las designaciones responden a cuotas de poder negociadas entre bancadas desde julio pasado, cuando pactaron acuerdos por la presidencia de la Mesa Directiva.