El destino de Jorge Cuba Hidalgo estaba cantado desde que Jorge Barata empezó a hablar. En diciembre de 2016, el exsuperintendente de Odebrecht contó a las autoridades de su país que la constructora que dirigió había pagado coimas en Perú a cambio de adjudicarse obras públicas. Y mencionó con nombre y apellido al exviceministro aprista como uno de los receptores. Cuba, acusado de recibir millonarios sobornos a cambio de la adjudicación del Metro de Lima, tuvo casi una década para planear cómo eludir a la justicia si su caso llegaba a la fase de condena.Regresar a la cárcel, como lo hizo entre 2017 y 2019 cuando cumplió prisión preventiva, era una experiencia que no estaba dispuesto a repetir.Lo que finalmente hizo fue huir el domingo pasado hacia Ecuador, aprovechando que no pesaba sobre él ninguna orden de impedimento ya que el Poder Judicial, por los cambios que hizo el actual Congreso al Código Procesal Penal, no extendió esa medida por un año más.Su sentencia era inminente y así se confirmó ayer.