Ni siquiera los propios funcionarios del Ejecutivo son capaces de garantizar la transparencia al interior de sus dependencias y eso quedó claro ayer luego que el presidente de Petroperú, Alejandro Narváez, sostuviera que es muy difícil garantizar que su entidad no haya sido utilizada como "caja chica" del gobierno.Aunque dijo que se ha logrado sincerar las cuentas y hacerlas más sensibles a las críticas, Narváez no pudo garantizar que los fondos económicos no sean utilizados para fines diferentes a lo previsto.El presidente de Petroperú, sin embargo, rechazó que la entidad que preside haya sido usada como "agencia de empleos" del gobierno, al referir que en lo que va de su administración, de setiembre de 2003 a la fecha, "han sido admitidos sólo 10 trabajadores nuevos".