En los últimos diez años, más de medio centenar de defensores y defensoras ambientales han sido asesinados en el Perú, principalmente en la Amazonía, donde las mafias de la tala ilegal, la minería y el narcotráfico avanzan sin control. Solo desde 2021 se registraron 35 crímenes, y hay muchos más que ni siquiera han sido reportados. Pese a ello, el Estado sigue ausente. El país ocupa el sexto lugar más peligroso del mundo para quienes protegen los ecosistemas, según la organización Global Witness.