Por increíble que resulte, la ONG ambientalista Grufides, que dirige el sacerdote Marco Arana, se olvidó de su supuesto servicio social al ignorar las demandas del Centro Social Cajabamba (CSC), cuyos miembros se acercaron a solicitar su ayuda y frenar la minería informal que emplea en la zona el mortal cianuro. En una carta dirigida el 4 de enero del 2007, Grufides señala a la citada organización social que su área de intervención "no comprende" la provincia de Cajabamba y, por si esto fuera poco, recalca en la misiva que se han "especializado en la gran minería" y no en la artesanal ni la pequeña. "Nosotros no intervenimos donde no se nos solicita y donde no hay compromiso de los propios actores para resolver su problemática. Somos una organización de desarrollo y no asistencialista", reza en la carta, donde además se recomienda a los denunciantes llevar su caso al Ministerio de Energía y Minas, al Consejo Nacional del Ambiente (Conam) y a la Defensoría del Pueblo.