Las protestas no solo agitan las carreteras del sur del país. En Lima, mineros informales protagonizaron ayer una nueva jornada de manifestaciones al ocupar, por varias horas, los cuatro carriles de la avenida Abancay, en el Centro Histórico, intensificando su reclamo frente al Congreso de la República. La movilización generó un severo desorden en el tránsito vehicular. Ante la situación, la Autoridad de Transporte Urbano (ATU) autorizó desvíos para las unidades del Corredor Morado, que fueron redirigidas por los jirones Huanta y Huánuco mientras persistía el cierre de la vía. Empresas privadas de transporte, incluyendo buses y combis, también optaron por rutas alternas para evitar el bloqueo, lo que provocó molestias entre comerciantes, vecinos y peatones que circulaban por la zona