Por Carlos Gálvez Pinillos.Ya Raúl de Campoamor, en "Las dolorosas" decía: "En este mundo traidor, nada es verdad ni mentira, todo es según el color del cristal con que se mira". Este pensamiento, que muestra la importancia de considerar perspectivas diferentes ante hechos concretos, invita a ponerse en los zapatos del prójimo y a la cautela, pues, de lo contrario, puede sacar las cosas del ámbito de lo razonable.No puedo menos que, mostrar mi indignación, ante los hechos recientes y el comportamiento de los diferentes estamentos del Estado peruano y de nuestra sociedad.Definitivamente, el aparato estatal ha sido infiltrado por gente sin valores, educación, ni preparación académica. Directamente lo han penetrado delincuentes, que no trabajan en la búsqueda del bien común de la sociedad. Estos ahuyentan a la gente de bien, pues su objetivo es tomar el poder y gobernar, no para alcanzar una sociedad próspera e igualitaria, sino para crear fragmentación social e imponer sus intereses particulares en medio del caos.De hecho, el ejecutivo no gobierna, pues siendo tan débil y sin representación parlamentaria, está al merecer de los favores o la simple aquiescencia de partidos o dueños de partidos, que velan por sus muy particulares intereses. Veamos si no el comportamiento de APP, Podemos, FP y varios más, que "le jalan la alfombra" o le imponen cosas cuando quieren, incluso en contra de la constitución. Pero se tienen que quedar calladitos nomás o pueden perder la cabeza.(Edición domingo).