El aumento del precio del petróleo, impulsado por los conflictos internacionales -en el orden del 14%, según Petro-Perú-, nos recuerda cuán vulnerable es nuestra economía frente a factores externos. Por eso, es indispensable que el Perú priorice con urgencia la exploración de hidrocarburos, un sector que hoy atraviesa una situación compleja en un contexto adverso a la exploración.Recientemente, el Ministerio de Energía y Minas alertó que la inversión en exploración ha caído a su nivel más bajo en 30 años. Además, las reservas de gas natural han disminuido en 46% en la última década. Si no tomamos decisiones inmediatas, se pondrá en riesgo la sostenibilidad de toda la cadena de valor del sector hidrocarburos.El Perú es un país bendecido con recursos naturales. Existe potencial en la costa norte, tanto frente a Tumbes como a Trujillo, así como en la selva. Con tecnologías modernas hoy se puede explorar con menor impacto ambiental, como lo demostró Camisea. Incluso se plantea la necesidad de explorar la zona de la reserva de Candamo, pues, si no lo hacemos, el gas empezará a escasear en 15 años plazo. Puede parecer lejano, pero en términos energéticos está a la vuelta de la esquina, más aún si queremos mantener un costo de energía barato.Pero el problema no es solo técnico, sino regulatorio. Las autorizaciones ambientales pueden demorar más de 10 años en el Perú, mientras que en países como Chile, México o España, demoran entre cinco meses y dos años. Esta lentitud desincentiva la inversión y nos aleja de oportunidades que otros países ya están aprovechando.