La ciudadela inca de Machu Picchu enfrenta serios problemas estructurales y una preocupante inacción del Estado, según denuncian gremios del sector turismo. Fernando Santoyo, presidente de la Cámara de Comercio de Cusco, señaló a El Comercio que el nivel de satisfacción del turista que visita este santuario ha caído notablemente, lo que atribuye a decisiones inadecuadas por parte del Ministerio de Cultura (Mincul) en la gestión del sitio arqueológico.Según explicó, en el 2019 (prepandemia) no había colas para adquirir boletos de ingreso a Machu Picchu. Existía un sistema centralizado que garantizaba disponibilidad, y se manejaban ingresos por horarios, lo que facilitaba la experiencia del visitante. “Teníamos un sistema ordenado y el nivel de satisfacción era aceptable”, indicó Santoyo. Santoyo denunció poca transparencia en la venta de boletos para Machu Picchu, lo que genera que cerca de 3.000 entradas se pierdan cada semana y esto equivale a una pérdida anual estimada de S/25 millones.