A estas alturas queda claro que el legado del gobierno de la presidenta Dina Boluarte no tendrá demasiadas luces. Es muy probable que los principales recuerdos de su mandato se centren en la violencia posterior a su juramentación como presidenta, en el deterioro de la seguridad ciudadana y en la frivolidad que sugieren casos como los relacionados a sus cirugías, su sueldo, sus viajes y los relojes de lujo. Si algo positivo se podía decir, era que, al menos durante el 2024, su administración había logrado mantener una economía con velocidades de crecimiento cada vez mejores. Los resultados del primer trimestre de este año para varias regiones, sin embargo, son algo menos auspiciosos. De acuerdo con el último informe del Instituto Peruano de Economía (IPE), publicado ayer en estas páginas, si bien 19 de las 24 regiones crecieron en los primeros tres meses del 2025, en 11 el crecimiento fue menor que el trimestre anterior. Cusco, por ejemplo, fue la región con el peor desempeño del período, con una caída del PBI de 8,1% explicada, sobre todo, por la contracción de la producción minera y de hidrocarburos. Ello arrastró al resto de la macrorregión sur.