El insólito nivel de rechazo ciudadano que genera la presidenta Dina Boluarte ha ayudado en algo a pasar por agua tibia las raquíticas tasas de aprobación del Congreso. El Parlamento cuenta con apenas 8% de apoyo a su gestión, según la última encuesta de Datum para El Comercio. Su desaprobación es merecida, y dada la actuación de algunos congresistas, se justificaría que sea aún mayor. Ayer, por ejemplo, El Comercio reveló que Waldemar Cerrón, de Perú Libre, estaría envuelto en una aparente red de tráfico de influencias. De acuerdo con el informe, el hermano del prófugo Vladimir Cerrón habría gestionado proyectos a favor de una municipalidad que contrata con los hermanos de su pareja. (Edición domingo).