Para nadie es un secreto que el criterio técnico es el parámetro menos empleado a la hora de definir las contrataciones en el Congreso. Semana a semana nos enteramos de nuevos escándalos que involucran a la planilla legislativa: jóvenes sin experiencia cuyo único mérito es tener un carnet partidario, designaciones a dedo de "hijos políticos" en puestos claves y sueldos elevados para funcionarios sin la trayectoria requerida. A esto se suma la ya conocida y condenable práctica de recortar los salarios a los trabajadores. Esta semana, El Comercio ha revelado que personas pertenecientes a al menos 30 grupos familiares trabajan en oficinas del Congreso o incluso en un mismo despacho parlamentario. Los casos expuestos son en su mayoría de hermanos que han sido contratados en diversas áreas, pero también hay padres e hijos. En Fuerza Popular, por ejemplo, hay hasta tres grupos de hermanos contratados y en dos de estos casos se trata de afiliados a la agrupación.