La delincuencia no solo cobra víctimas en las calles; también deja huellas profundas en la vida cotidiana y la economía local. Según el Tercer reporte del Observatorio del Crimen y la Violencia, presentado ayer por el Banco de Ideas Credicorp, el BCP y Capital Humano y Social S.A., con cifras de Ipsos Perú, el 32% de los peruanos afirma que negocios suyos o de su barrio han cerrado o reducido sus actividades por inseguridad en el último año; es decir, poco más de 7.9 millones de personas. "El cierre de negocios de barrio es una señal concreta de cómo la inseguridad golpea la vida cotidiana. Esto no es solo un problema policial, sino un fenómeno que deteriora el entorno económico, social y emocional de millones de personas", explicó Ricardo Valdés, exviceministro del Interior y director de CHS Alternativo.Los efectos varían según la región y el entorno. En Lima, la cifra asciende al 50%, muy por encima del promedio nacional. En el interior del país, el perjuicio es menor (23%), pero el fenómeno golpea con más fuerza en las zonas urbanas con el 29% (poco más de 7.1 millones de personas), frente a las zonas rurales, donde solo es el 10%.