Nadie puede negar que la minería es fundamental en la economía del Perú. En 2024 su aporte alcanzó alrededor del 10% del PBI y, para el 2025, el favorable contexto global -mayor precio de metales como el cobre y el oro- indica que su contribución podría llevar a un mayor crecimiento de las exportaciones y, por tanto, a un incremento de su cuota económica para el país. Pero tampoco se puede negar que, ante la creciente demanda global de minerales y la necesidad cada vez más urgente de proteger nuestro planeta, la sostenibilidad en el sector emerge como el único camino viable hacia un futuro próspero. La actividad minera basada en la vasta riqueza geológica peruana tiene la oportunidad de transformarse con ayuda de la innovación que nos proveen los grandes avances tecnológicos.