Por Gabriel Daly, gerente general de Confiep.En el Perú, la izquierda ha promovido modelos de desarrollo anacrónicos que, lejos de generar bienestar, han contribuido al estancamiento de amplios sectores de la población. Más preocupante aún es que, en repetidas ocasiones, ha sido la propia derecha la que ha facilitado que estas iniciativas prosperen. Un caso elocuente fue la campaña de Susana Villarán a la alcaldía de Lima. Mientras la ciudad enfrentaba una ola de delincuencia y un caos vehicular desbordado, ella proponía huertos urbanos como solución a la desnutrición. Sus principales proyectos viales terminaron convertidos en moneda de cambio con las constructoras Odebrecht y OAS para financiar una millonaria campaña que evitara su revocatoria en el 2013. Lo más grave es que esa agenda fue respaldada por partidos como el PPC, APP y Acción Popular, además de figuras que se autodefinen como defensoras de la libertad económica.