La andanada de críticas a la propuesta presidencial de instaurar la pena de muerte para los violadores y asesinos de niños mediante un referéndum habría obligado al jefe de Estado, Alan García, a apartarse del debate y a prohibir a sus ministros que declaren más sobre la polémica. La decisión se debe quizás a que varios ministros se han pronunciado antes en contra de la aplicación de la pena capital y a que no quiere generar contradicciones con su gabinete.Ayer, el ministro de Vivienda, Hernán Garrido Lecca, declaró que García ni los miembros del gabinete hablarán más sobre la máxima sanción, y resaltó que siguen las indicaciones del propio mandatario. "El presidente de la República ya dio una respuesta: que no vamos a discutir más este tema (la pena de muerte). Nosotros seguimos las indicaciones que ha hecho el mandatario al respecto y compartimos su posición. El tema no va a ser discutido por ningún ministro y tampoco por el presidente de la República", respondió el titular de Vivienda cuando se le consultó sobre su posición.
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