CONGRESISTAS, NO NOS ROBEN LA SEÑAL, POR FAVOR
19 de junio de 2025

Por Maite Vizcarra, tecnóloga.En el Perú, donde la empresa estatal más `estratégica" -Petro-Perú- vive entre pérdidas y rescates, resulta insólito que se proponga nacionalizar una operación privada que aún no tiene ni un trimestrederespiro.AlaotroraTelefónicaletoca empezar a escribir su nueva historia, y no quedaratrapadaenviejasobsesionesideológicas.La salida de Telefónica, del Perú, marca el fin de una era. Sí, pero también el comienzo de un capítulo que merece ser escrito con estrategia, innovación y cabeza fría. La empresa -que fue símbolo de modernización en los noventa y que hoy arrastra pasivos y desgaste reputacional- ha cambiado de manos. Y antes de que el nuevo equipo pueda siquiera sentarse a ordenar la casa, desde el Congreso ya se escuchan voces que piden su nacionalización, como si a todas luces una gestión pública como la de Petro-Perú no fuese un recordatorio pertinaz de lo que no funciona. La antigua Telefónica está en pleno proceso concursal. Eso significa que hay prioridades muy concretas: negociar deudas, reestructurar operaciones, generar liquidez. Nada de eso se logra con discursos ideológicos. Se logra con acuerdos con los acreedores, venta de activos no esenciales e inyección de capitales frescos. Un Estado que aún no logra salvar a su propia petrolera no debería entusiasmarse con tomar una telco y, menos aún, cuando hay opciones viables sobre la mesa.

  • [El Comercio,Pág. 18]
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