Un informe de la Unidad de Investigación de Perú21, publicado el último domingo, ha puesto al descubierto cómo se gasta el dinero en algunas municipalidades provinciales que tienen la fortuna de recibir estas sumas de la minería, como ocurre en Pataz.Su alcalde solo ha ejecutado uno de cada cuatro soles de todo su presupuesto para servicios básicos, como educación, salud o transporte. Lo contrario a lo invertido en campos deportivos, rubro en el cual ha asignado más de 12 millones de soles para la construcción de estadios y losas deportivas. Y no es que esté mal construir áreas para la práctica del deporte. Lo cuestionable es que se invierta la pirámide de prioridades en una jurisdicción -13 distritos sin agua potable ni acceso a servicios básicos- que necesita con urgencia de otras obras de infraestructura, todas esenciales para mejorar la calidad de vida de sus ciudadanos.El burgomaestre, encima, en lugar de rebatir el informe con cifras reales o hacer más transparentes los gastos e inversiones de su gestión, y lejos de aclarar por qué tiene millones de soles asignados sin ejecución efectiva, la emprende contra el medio que denuncia su extravagante versión de lo que es prioritario para su gente. "Que te siga doliendo porque voy a seguir construyendo. Mi pueblo tiene 45 anexos y voy a dejar 45 obras, un recuerdo en cada pueblo", fue lo que dio por toda respuesta a los cuestionamientos del reportaje. Un altisonante discurso donde acusó a Perú21 de no querer reconocer los "avances" de su gestión.