Por César Gutierrez Peña.En su discurso, Eduardo Arana, ante el pleno del Congreso para que sea aprobada su investidura como Premier, hizo promesas de compromisos de inversión para el cierre de este año, de donde me referiré al caso del gas natural (GN).Se refirió a dos casos de GN: suministro para el Cusco y distribución en 7 regiones. Escamoteó uno que antes era bastante promocionado por Proinversión, el Gasoducto Costero, que lo pretendía Transportadora de Gas del Perú (TGP) con la promesa de una inversión de 2,000 millones de dólares (MMUS$), con la condición de que le ampliaran por 10 años, a partir del 2034, la concesión del gasoducto Camisea-Lima.En el caso del GN para el Cusco, su promesa es voluntarismo que espero sea consecuencia de estar mal informado. Refirió que con una inversión de 500 MMUS$ se construirá: gasoducto entre Kepashiato-Quillabamba-Anta, una termoeléctrica de 200 megavatios en Quillabamba, una planta de fraccionamiento de líquidos en Kepashiato y una de licuefacción en Cusco.Se supone que tremenda inversión sería con recursos privados. La interrogante es: ¿tiene Proinversión un expediente para licitarla? La respuesta es no, y elaborarlo y difundirlo demorará no menos de 18 meses, o sea que este gobierno no podrá otorgarla.